Grovic, en un post anterior, nos explicó la singularidad de la L9, en la que el túnel dispone de dos pisos, cada uno de ellos para un sentido de circulación. Este hecho hace singulares muchos aspectos de esta línea, uno de ellos es la evacuación del túnel.
. Figura 1. Sección tipo de L9.
.En el post pasado vimos que en la evacuación de un túnel una de las primeras cosas a tener en cuenta es la vía de evacuación y la forma de acceder a ella. En el caso de L9 la vía de evacuación es la plataforma de vía y la manera de acceder a ella es totalmente singular. No hay pasarela, sino que aprovechando el hecho que los trenes no requieren cabina de conducción, al ser una línea automática, se han diseñado los frontales de los mismos para que en caso de emergencia sirvan de rampa de acceso a la vía de evacuación.
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Una vez tenemos a los pasajeros en la ruta de evacuación los hemos de conducir a un lugar seguro. En la L9, como en la mayoría de líneas de metropolitanos, la primera alternativa es la estación más cercana, pero en caso de distancias entre estaciones muy largas se han dispuesto salidas de emergencia.
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Para el diseño de estas salidas de emergencia se consideró que el semitúnel no siniestrado era lugar seguro respecto el siniestrado, como si de dos túneles (uno por sentido) se trataran. De esta manera las salidas de emergencia son escaleras que conectan los dos niveles de vía.
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El lector seguramente preferiría que se hubieran construido salidas de emergencia que condujeran directamente al exterior, pero sabiendo que el túnel de L9 discurre en algunos tramos a 40 m, y hasta 60 metros, de profundidad (lo que supone escaleras de evacuación de entre 220 y 330 escalones) la opción construida no le parecerá tan mal. Aunque como siempre en estos temas el deseo de todos es que las salidas de emergencia no deban emplearse jamás.