Dando continuidad al post anterior, dedicamos el presente a la relación del Ejército con el Metro de Barcelona. Pero antes de entrar en el tema es preciso comenzar con una breve síntesis de la relación del Ejército con el ferrocarril.
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Tras la inauguración de las primeras líneas de ferrocarril, los militares rápidamente se dieron cuenta del potencial del ferrocarril en sus cometidos y, en cuanto el presupuesto se lo permitió, formaron la primera unidad específica. Fue en 1872 y se creó una Compañía de Ferrocarriles. La importancia creciente del medio de transporte hizo que en 1884 se ampliase la Compañía formando un Batallón y en 1912 nuevamente se amplió creándose un Regimiento. Desde entonces y hasta el año 2.008 el Ejército siempre ha contado como mínimo con un Regimiento de Ferrocarriles. En toda la etapa en la que existió una relación formal con el Metro de Barcelona existían dos Regimientos:
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Figura 1. Escudos de los diferentes Regimientos de Ferrocarriles.
.La relación con el Metro de Barcelona se inicia en setiembre de 1971, con la firma de un convenio para la formación de voluntarios en prácticas, similar a los firmados con anterioridad con RENFE y Metro de Madrid. A través de este convenio ingresaba en los regimientos de ferrocarril personal mediante oposición que, tras superar su periodo de formación en el que colaboraban las empresas, pasaban directamente a las plantillas de éstas. El periodo de formación para la integración en Metro de Barcelona era de 20 meses.
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De esta manera los regimientos de ferrocarriles, en aquellos años, recibían personal de tres procedencias:
Ingreso como PRÁCTICO: por oposición de ingreso de la compañía ferroviaria respectiva, en virtud de los convenios presentados.
Ingreso como VOLUNTARIO: mediante pruebas de selección (Servicio militar voluntario).
Ingreso como REEMPLAZO: designado por el Ministerio de Defensa (Servicio militar obligatorio).
Sólo los Prácticos pasaban a ingresar en la compañía para la que habían opositado si superaban el curso teórico y práctico de formación. También tenían que realizar los cursos de cabo y capo 1º, teniendo que llegar al rango de cabo 1º para realizar las prácticas.
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Los Prácticos tenían que realizar un periodo de 3 meses de instrucción militar al igual que los voluntarios y de reemplazo. Después pasaban a su destino para realizar los respectivos cursos teóricos y prácticos. Las prácticas se realizaban en la compañía para la que habían opositado, además de prestar servicios militares en los cuarteles, como guardias, imaginarias, instrucción, etc.
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El acuartelamiento de los Prácticos del Metro de Barcelona era en los desaparecidos cuerteles de Sant Andreu, al lado de la estación de Torras i Bages (L1).
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Figura 2. Antiguos cuarteles de Sant Andreu, que entre otros albergaban los destacamentos de los Regimientos de Ferrocarriles.
.La última promición de Prácticos del Metro de Barcelona fue en 1988. Así, entre 1971 y 1988, no era inusual ver personal con uniforme militar realizando tareas en el Metro de Barcelona, como conducir convoyes, abrir y cerrar puertas, etc, se trataba de Prácticos.
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El uniforme de los regimientos de ferrocarriles era el único de los cuerpos del Ejército de Tierra de color azul, disponían del de faena y el de gala. Él que lucían realizando sus tareas en el metro era el de gala. El color de su uniforme les valió, dentro del Ejército de Tierra, el sobrenombre de los pitufos.
. Figura 3. Tres soldados del Regimiento de Movilización y Prácticas de Ferrocarril nº14 con el unidorme de gala..
Una vez finalizada la etapa militar de los Prácticos, ya como trabajadores civiles del Metro de Barcelona pasaban a la reserva y al finalizar su periodo de permanencia en ella podían ingresar en la Escala Honorífica Militar de los Ferrocarriles. Ésta conformaba otro vínculo de unión entre el Ejercito y el Metro de Barcelona.
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La Escala Honorífica Militar de los Ferrocarriles se formó en 1920 con el objetivo de disponer de personal especialista en ferrocarril que pudiera movilizarse rápidamente por parte del Gobierno y del Ejército. Se podía inscribir en ella cualquier miembro de las empresas ferroviarias exento de responsabilidad militar que se prestara a ser movilizado cuando el Estado lo necesitara, aprovechando sus conocimientos y experiencia en el campo del transporte ferroviario, asignándole un escalafón militar de acuerdo a su posición dentro de la empresa a la que perteneciera.
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Los voluntarios, de espíritu participativo y militar, en contraprestación, de acuerdo con el actual Real Decreto que regula este estamento civil-militar, reciben el carnet militar y con él pueden comprar en economatos y farmacias militares, obtener permisos de armas por autoridades militares, entre otros pequeños beneficios. .
Figura 4. Escudo de la Escala Honorífica Militar de los Ferrocarriles. .
De esta manera, entre los años que duró la colaboración entre Metro de Barcelona y el Ejército, los trabajadores civiles del metro pudieron libremente inscribirse en la Escala Honorífica Militar de los Ferrocarriles. Aún debe haber trabajadores en el Metro pertenecientes a este estamento, aunque hoy en día ya no es posible inscribirse en él. De esta manera la relación entre el Ejercito y el Metro de Barcelona todavía continúa aunque muy lejos de la existente en los años setenta y ochenta.
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